Escucha y registro subacuático de la quebrada Santa Elena
Los cantos de aguas vivas llegaron al akasha como fruto de un trabajo colectivo gestado durante el laboratorio de escucha y registro subacuático de la quebrada Santa Elena, guiado por el artista y amigo Leonel Vasquez en el marco de la Semana de la Escucha 2018. Siete oyentes construyeron sus propios hidrófonos, caminaron la montaña a través de sus aguas, presenciaron las consecuencias de la gran urbe y plasmaron en este álbum la dicotómica vitalidad de un río que resuena en todos.
Composiciones de Alejandra Cárdenas, Andrés Felipe Macía, Daniela Sánchez, Estephany Cano, María Camila Muñoz, Julián Cárdenas V y Leonel Vásquez
Dirigido por Leonel Vásquez
Artwork y Teaser por Rossana Uribe R
Masterizado por Miguel Isaza en momoto
Con el apoyo de Auditum
Publicado y distribuido en formato digital por Ediciones ÉTER | Catálogo: Akasha · AK06 | Octubre 7, 2019
«El río está vivo porque suena, su ser sonoro lo libera de las representaciones desagradables. Su vitalidad se manifiesta bajo una riqueza de imágenes acústicas, de espacios fluidos y resonantes, acumulaciones de partículas sonoras en masas granulares, polirítmicas, en movimientos dinámicos envolventes. Sonidos relajantes y confortables. Lo que vemos, olemos y sentimos del río es el desprecio de la gran urbe viajando en aguas servidas. El oscuro presente de estas aguas reflejan el estado de precariedad simbiótica y la crisis de las utopías de desarrollo económico y social de la ciudad. Rescatar su naturaleza sonora vibrátil limpiarla de sus representaciones, es un acto de rebeldía , dignidad y resistencia.Volver a escuchar el ser sonoro de las aguas, implica dejarlas sonar desde adentro con todo nuestro cuerpo, reflejarnos en ella y recordar que en principio fuimos acuáticos, que en el útero éramos oyentes y que el oído fue anterior a la visión, así poder interpretar sus mensajes y ritmar con sus ciclos.» – Leonel Vásquez | Escuchar en tiempos de Agua
«La quebrada nos habla en múltiples formas, desde la inocencia que produce la naturaleza sonora no modificada, santuarios escondidos en la ciudad, ritmos de gotas, cadencias acústicamente perfectas hasta las transformaciones que se dan en ella cuando la ciudad se filtra en el curso natural del agua produciendo belleza en un sonido industrializado. Así la quebrada y el agua se convierten en un intérprete de sonidos, el instrumento somos nosotros.» – Alejandra Cárdenas
«La quebrada Santa Elena es un ser vivo destinado a fluir, a veces por donde quiera: las montañas, y otras veces por donde le digan: debajo de nuestros pies. Viviéndola solo con nuestros oídos es fácil encontrar su belleza, la que por sí solos tienen todos los seres vivos. Pero cuando la vivimos con otros sentidos, nuevas sensaciones y [des]encuentros salen a la superficie. La verdadera belleza está en poder encontrar lo sublime entre lo repulsivo.» – Maria Camila Muñóz