Soledad, Medellín fue un laboratorio de arte sonoro guíado por la artista y amiga canadiense France Jobin, orientado a realizar un proceso de escucha, registro, composición y procesamiento de paisajes sonoros de la ciudad de Medellín. Buscó acercar a los participantes a su territorio mediante el «acto de grabación de campo», aprovechando la multi-dimensionalidad de Medellín en cuanto a su ‘paleta de sonidos’.
El laboratorio concluyó con una instalación de sonido multicanal creada por los participantes, presentada durante 2 días en el LAB3 del Museo de Arte Moderno de Medellín; y con la posterior publicación de un álbum con las dos composiciones sonoras resultantes en EDICIONES.
La idea de ‘soledad’ se abordó desde dos conceptos del inglés (inexistentes en español), expresados en dos composiciones:
‘Loneliness’ explora la soledad que se padece, que no se busca, que se sufre al necesitar compañía. Es una soledad del destierro, del abandono, de la amnesia. La soledad entendida como desolación y alienación. Es un silencio que abruma, ya que allí mucho se quiere decir, pero nada se logra escuchar.
‘Solitude’ se adentra en una soledad buscada, aceptada, sentida como el llamado de quien busca su propio ser, su centro. Soledad como el reconocimiento de la propia realidad, como ese silencio donde todo canta, y en el cual se escucha cada ruido sin importar su naturaleza. Es un momento donde estar solo significa integridad, profundidad y paz.
Ambas piezas constituyen un llamado a la soledad de Medellín, sirviendo en múltiples sentidos, invitando a la aceptación del dolor que habita nuestra ciudad cuando se siente abandonada y sin memoria, al mismo tiempo que se le propone una salida: esa soledad que la conduce a saberse única, profunda, multidimensional. Medellín está sola porque nadie la escucha. Pero también está sola, porque se acepta en la resiliencia que proclama su libertad.
Sobre France Jobin (Montreal, Canada)
Artista sonora, compositora y curadora, reconocida por sus “esculturas sonoras” en tiempo real que revelan una aproximación minimalista a paisajes sonoros complejos, mezclando influencias digitales y analógicas. En su trabajo convergen la instalación, la música y elementos visuales inspirados por la arquitectura y el manejo del espacio.
‘Mi proceso creativo como artista sonora consiste en recopilar grabaciones de campo y procesarlas hacia un estado irreconocible. Muchos sonidos están disponibles para nosotros, pero estamos condicionados a desconectarlos. Reciclo y manipulo sonidos de la vida cotidiana para luego representarlos dentro de un contexto de inmersión.’